Volver la mirada hacia dentro es el recurso utilizado en este método. Un trabajo en el que destacan la sencillez y profundidad. De hecho, se trata de ayudar a la persona a reconectarse con su divinidad, desbloqueando las creencias del campo morfogenético para que la energía de determinado programa sea remplazada por una información proveniente de la Fuente y reactivada por la propia persona.
Una información errónea es sustituida, por otros códigos lumínicos en los que es posible adentrarse en el terreno de la pureza esencial gestada por el Creador/a de todo lo que existe. Desbloquea así mismo el campo emocional y mental, patrones psicogenealógicos, e información del alma.
Lo que recuperamos es la filiación espiritual perdida y vuelta a poner en marcha a través de un reloj biológico programado para sonar en nuestros días, lo que estamos viviendo hoy, un despertar espiritual a escala planetaria.
El resultado en una sensación de paz y ligereza, de confianza en el desarrollo de la vida, de creatividad recuperada, a través de ese niño enfadado, herido o con miedo, recuperado y elevado de nuevo a su condición divina.
Todas las Conexiones revelan lo que hay detrás de los síntomas, de la densidad energética y las emociones clausuradas. Y también llevan a la salida, la experiencia de algo inmodificable y genuino, que nos devuelve al humor, la trascendencia como algo accesible a todos en lo más cotidiano.