Este trabajo se sitúa en lo que hoy se llama Psicología Energética. Es una versión emocional de la acupuntura, sin agujas. En lugar de ellas se utilizan las yemas de los dedos para estimular los meridianos de energía y lograr una liberación emocional.
Cuando estamos bajo una emoción intensa y veces inconsciente, nuestro ADN muta y esto puede derivar en todo tipo de enfermedades. El tratamiento con EFT reduce las frecuencias neuronales asociadas al stress. Después del tratamiento con EFT hay reducciones de cortisol y una mejora de la variabilidad del ritmo cardíaco (indicadores del stress). El cuerpo tiene una capacidad espléndida de auto curación cuando la mente se sitúa en la vibración adecuada.
EFT recoge procesos inconscientes que han quedado sin integrar, yendo al punto de resolu-ción, también corrige hábitos, que se repiten a causa de un bloqueo, sostenido por creencias limitantes y muestra salidas creativas a la actuación ciega, con afirmaciones que señalan otras posibilidades de situarse ante lo que pasa.
También es posible con EFT trabajar situaciones traumáticas sin entrar en a la intensidad emocional que las produjo, es decir revivir el dolor sin lágrimas.
Desarrollar la intuición. Reactivar la protección energética. Trabajar con el niño interior. Establecer la paz personal a través de poner en orden los distintos momentos de vida incluidos los primeros años. Encontrar la escena sobre la que se asienta un síntoma concreto. Proyectar el futuro de manera positiva. Trabajar con visualizaciones miedos y limitaciones. Dejar atrás el pasado.
EFT nació como fruto de la unión de la Medicina Tradicional China y la moderna Psicoterapia. Nos demuestra que la curación es un viaje, que implica salir de los papeles habituales, para estrenar una presencia viva y abierta al espíritu del instante.