Un trabajo interior profundo basado en la no dualidad, filosofía Advaita, Psicología Trans-personal y UCDM. Como todo enfoque que va más allá del plano emocional-mental, produce resultados inmediatos. El fin de todas las terapias es el Ser.
¿No somos todos en realidad conciencia y goce?
La meta es hacer del ahora una posibilidad de despertar, sentir, comprender a niveles cada vez más internos, el misterio de la existencia.
A través de la auto indagación, atención al ahora y la elección de paz en lugar de conflicto se crea una nueva forma de vivir, caracterizada en gran medida por estar libre de miedo y culpa.
Son las proyecciones de la mente superficial o personaje lo que nos separa del Amor. El perdón es la llave para salir de la ilusión de separación y devolvernos a la unidad. No se trata de algo “religioso” sino una llamada a la Presencia para Ser. Así las decisiones que se tomen en la forma son elecciones libres de carga.
Solo sentimos felicidad cuando amamos y aceptamos la vida tal cual es.
Permitir el sentir, volvernos hacia dentro para recoger lo que está ocurriendo a nivel emo-cional-creencias-inconscientes es esencial. Y siempre dificultado por una parte de la mente que pone barreras impidiendo el contacto con la sabiduría perenne.
Es por esto por lo que el entrenamiento a través de enfoques, junto al entendimiento de la mente abstracta y su aplicación cotidiana constituye un proceso imprescindible, donde la Verdad y su resplandor va extendiéndose a todas las facetas del día a día. Desarrollándose el auto apoyo para la resolución de los retos que la vida plantea.
La consecuencia son liberación, alegría, ligereza, disolución de creencias erróneas y recuperación de la inocencia inicial, que nunca fue tocada por lo que ocurre.
¿Cambiar el mundo?, ver desde los ojos del Amor la eternidad que brilla por debajo de emociones y experiencias de una mente que se cree un cuerpo. El ego mirándose a sí mismo. Este cambio de visión trae un mundo nuevo, humor y sabiduría. El ego no cambia, nuestra visión sí.
Lo primero que se siente es una transformación en la conexión interna. Mayor claridad, coherencia y capacidad de soltar lo que produce sufrimiento. Después esto impacta en las relaciones, laborales, de amistad, pareja, y comprendemos la inutilidad del ataque, mental o verbal. Cada vez son más tangibles los momentos de armonía y unidad y la capacidad de expresar de forma no violenta lo necesario para vivir en paz. Experimentando que el Ser no necesita nada.
Una vía donde el Maestro interno toma las riendas quitando los obstáculos que impiden el amor ahora.
¿Despertar al amor ahora no es la iluminación? ¿Y no es esto el fin de todas las terapias?